Marcos Ortega tiene una vida feliz y tranquila en una pequeña urbanización junto a sus dos pasiones: Su novia Carina Ruiz, a la que adora por encima de todo, y su coche, un DeLorean a restaurar. Todo parece irle bien hasta que un día, a finales de 2020, un incidente en el desguace en el que trabaja Pablo Yábar, su amigo de siempre, le obliga a matar a una persona. Pronto descubre que ese incidente no es un caso aislado y que una terrible plaga de irracionales caníbales se está propagando por su ciudad.
Junto a su novia, Marcos huye en su coche recién terminado, rumbo al hospital de Estella, la ciudad más cercana, por ser este el único "punto seguro" establecido por el ejército en las proximidades. Por el camino empieza a sospechar que su mundo nunca volverá a ser como era.
Desesperados por el atasco que hay en el acceso al hospital, deciden ir a buscar al padre de Carina, (Antonio) que vive en un pueblo a menos de 5 minutos en coche de allí. A mitad de camino, en el taller mecánico de Antonio, se encuentran con Pedro, el hermano de Carina, quien les cuenta que su padre está muerto.
Una vez reunidos todos, Pedro les explica cómo han llegado allí y lo que sabe de la pandemia, lo que confirma las sospechas de Marcos de que se trata de muertos vivientes, y, al darse cuenta de que Marcos es la única persona a la que puede confiar la seguridad de su hermana, deja de lado su antipatía hacia él y le entrega un arma.
